Con unas formas aparentemente sencillas cumplen una función importante. En ellos se produce una constante variación de llenos y vacios acerca de la cual resulta interesante reflexionar. Y es que estos objetos están sujetos a constantes cambios. La forma en la que la luz incide sobre ellos varía en función de si están llenos o vacíos. Además esta cambia dependiendo del contenido.
Se podrían definir como unos contenedores cambiantes. ¿Pero qué sucede cuando en vez de contenedores se convierten en contenido? Cuando los papeles se invierten y en vez de ser los propios envolventes del líquido se convierten en mero contenido. El líquido se transforma y envuelve al habitual contenedor aportándole un aspecto mágico. La forma, los colores, la textura e incluso la luz se renuevan adquiriendo una nueva apariencia.
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