jueves, 17 de diciembre de 2009
Envoltorio para Le Mépris - EL PUNTO NEGRO
No es la primera vez, y desgraciadamente tampoco será la última, que estando viendo la televisión, te fijas detenidamente en la pantalla y descubres que en medio de ella ha aparecido un punto negro. A partir de este momento todo cambia radicalmente. Da igual que tu equipo vaya ganando, o que al malo de esa peli de vaqueros acaben de meterle un tiro mientras iba en su caballo. Ya nada importa, solo ese dichoso punto negro. Un maldito pixel que no es capaz de encenderse ha acaparado toda tu atención y eres incapaz de dejar de mirar esa cosa inanimada.
Para ver la película de “Le Mépris” considero que es especialmente importante centrar toda tu atención mientras estas viéndola, sentirla y meterte en el papel como si estuvieras viviéndola realmente, captando todas esas emociones y fundiéndote con ella.
Es por ello que el lugar donde estas viéndola debe ser un lugar especialmente tranquilo, sin distracciones que puedan alejarte del film.
Para ver la película se propone una habitación vacía, un cubo de hormigón en el que tan solo una butaca y el espectador llenen ese vacío. De este modo, al empezar la película, paradójicamente el largometraje proyectado sobre la pared se convertirá en ese punto negro que no vas a poder dejar de mirar, que te va a tener atrapado durante 2 horas, y que gracias a esa sensación de vacío y en ocasiones frío que aporta la estancia podrás entrar en un mar de sensaciones entre las que podrán destacar el miedo, la tristeza, la soledad o el desprecio.
Por esto al finalizar la película y en cuanto se apague el proyector tendrás unas sensaciones acerca de las cuales podrás reflexionar en este ambiente, casi como si de una película psicológica se tratara. El punto negro ha vuelto a atraparte, te la ha jugado de nuevo. ¡Maldito punto negro!